Panamá es, en principio, el menos favorito de uno de los grupos más competitivos.Pero, antes de entrar a los desafíos, convengamos que Panamá llega a su segundo Mundial con altas esperanzas: clasificaron primeros de su grupo, mantuvieron un invicto de tres victorias y tres empates y sellaron el pase con una contundente victoria de 3-0 sobre El Salvador.
Panamá primero se enfrentará a Inglaterra, uno de los favoritos, porque llega con una generación de oro cuyas grandes figuras parecen entenderse entre ellos.
El reto para Panamá será controlar la intensidad y velocidad inglesas sin perder el control táctico.
Luego su rival será Croacia, que, si bien ya no cuenta con la generación dorada de 2018, mantiene un fútbol riguroso, paciente, que castiga cada error y sabe administrar los tiempos de un partido, algo que puede complicar a selecciones con menos experiencia mundialista.
La clasificación directa, como primero de su grupo, elevó las expectativas de una selección que busca redimirse de su eliminación en la fase de grupos en el Mundial de 2022 y la ausencia en la Copa Africana de Naciones de 2025.
Los panameños la tienen difícil, pero tienen con qué.
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