Es imposible recorrer estos días una ciudad canadiense sin ver el logo de los Blue Jays (Azulejos), el equipo de béisbol de Toronto que disputa la Serie Mundial frente a Los Ángeles Dodgers. Lo que pocos saben es que ese ubicuo dibujo tiene una conexión española con un nombre aragonés: Francisco Belsué.
El logo es omnipresente por estos días en las calles y los medios de comunicación de toda Canadá, en parte porque los Blue Jays, el único equipo canadiense de la Major League Baseball (MLB), representan al país en un momento de renovado patriotismo ante los ataques diarios de Donald Trump.
En 1976, cuando Toronto ganó la segunda franquicia no estadounidense de la MLB tras los Montreal Expos, la empresa cervecera Labatt, la principal accionista del nuevo equipo, recibió miles de sugerencias sobre su nombre. Finalmente se decidió por el de Blue Jays.
Labatt encargó a la firma Savage Sloan crear un logotipo que acompañara el nombre. La empresa formó un equipo para buscar el logo perfecto, un grupo capitaneado por el dibujante y diseñador español Francisco (Paco) Belsué, quien falleció en Toronto en 2011.
En una entrevista con la web Blue Jay Hunter, el directivo de Labatt que dirigió el proceso, Richard Walker, describió cómo Belsué fue el encargado de ensamblar todos los elementos del diseño final: el nombre de los Blue Jays, la estilizada cabeza de un azulejo con una hoja de arce (el emblema nacional canadiense) y una pelota de béisbol con sus costuras. Todo ello enmarcado en un diseño circular con los colores blanco, azul y rojo.
Aunque Walker estaba convencido de que ese diseño era el ideal para el nuevo equipo de Toronto, el primer director general de los Blue Jays, Peter Bavasi, no estaba seguro de que el dibujo tuviese que incorporar la hoja de arce o que fuese tricolor.
Pero Walker acudió al presidente de Labatt, Don McDougall, y le instó a que aprobará, como hizo, el diseño de Belsué.
El ejecutivo también recordó cómo los diseñadores dedicaron una enorme cantidad de tiempo a “refinar todo, hasta la pequeña pieza que fue al ojo” del azulejo.
“Todo el interletrado, todo el espacio entre las letras, y todo esto se hizo antes de que existieran los ordenadores. Lo hicimos deliberadamente un poco caricaturesco, un pájaro ‘amistoso'”, explicó.
Como señaló la historiadora Carlota Sen Lafuente, Belsué fue uno de los pioneros del diseño moderno de Aragón durante los años sesenta del siglo pasado, cuando trabajó en agencias zaragozanas como Danis, Bellca y Karman, junto a figuras como Juan Tudela y José Luis López Velilla.
Finalmente, en 1968 emigró a Canadá, donde fue contratado por Savage Sloan y aportó el conocimiento adquirido en España. Ocho años después de llegar, diseñaría uno de los logotipos más ubicuos del país y que saltó a las portadas de todos los medios de comunicación en 1992 y 1993 cuando los Blue Jays ganaron la Serie Mundial.
La pervivencia del diseño original de Belsué y del resto del equipo de Savage Sloan, 40 años después de su concepción, es testimonio de su calidad.
En 1997, el equipo decidió renovar el dibujo, cambiando la fuente de las letras, ampliando la hoja de arce y reduciendo el azulejo. Solo cinco años después, sufrió un nuevo rediseño, más radical en el que apareció una gran T (de Toronto), desapareció el nombre de los Blue Jays y el azulejo se transformó en una figura antropomorfizada, con brazos y una mirada agresiva.
Ese dibujo solo duró un año y en 2004, se introdujo otra remodelación que redujo el logo a la palabra Jays con una cabeza estilizada de un azulejo.
Pero en 2012 se volvió al diseño de Belsué con pequeñas actualizaciones: se recuperaron los colores originales, el dibujo del azulejo volvió a ser el de un ave amistoso, acompañado por la hoja de arce roja. Y todo envuelto en un diseño circular. Como lo concibieron Belsué y su equipo.
