Simón Bolívar no fue un revolucionario desde la cuna, pero su nombre quedó grabado para siempre en la historia como uno de los libertadores más influyentes de América Latina.
Nació el 24 de julio de 1783 en Caracas, durante la dominación del Imperio Español, y falleció el 17 de diciembre de 1830 en Santa Marta. Su vida marcó un antes y un después para los pueblos que durante siglos vivieron bajo el yugo colonial.
Hijo de una familia adinerada y aristocrática, Bolívar tuvo acceso a una educación privilegiada y a una formación refinada en Europa.
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Fue en el Viejo Continente donde, lejos de las comodidades de su clase, empezó a cuestionar el orden colonial y abrazó con convicción las ideas de libertad, igualdad y soberanía que inspiraban a los movimientos republicanos.
Desde joven, mostró un carácter inquieto, con inclinaciones autodidactas y una vocación temprana por las armas.
En 1805, durante un viaje a Roma, hizo un juramento que definiría el rumbo de su vida: regresar a América para luchar por la independencia. Cumplió su palabra años después, participando activamente en las gestas libertadoras que cambiarían el mapa del continente.
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De la aristocracia al campo de batalla: Razones de los Libertadores
A su regreso a Venezuela en 1807, Bolívar se unió al movimiento insurgente y pronto se convirtió en una figura clave en la lucha por la independencia.
Lideró campañas decisivas que sacudieron los cimientos del dominio español. Una de ellas fue la Campaña Admirable, entre mayo y agosto de 1813, en la que liberó a gran parte de Venezuela en solo 90 días. Fue entonces cuando Caracas lo proclamó oficialmente “Libertador”.
Su paso por la Nueva Granada (hoy Colombia) también fue determinante. En 1819 comandó al Ejército Libertador en la histórica Batalla de Boyacá, asegurando la independencia del territorio neogranadino y dando origen a la Gran Colombia, que unificó brevemente a Colombia, Venezuela y Ecuador bajo un mismo gobierno.
Dos años más tarde, Bolívar condujo al ejército patriota a la victoria en la Batalla de Carabobo (1821), consolidando la independencia de Venezuela.
En 1824, en Ayacucho, su ejército derrotó a las tropas realistas en una batalla crucial para la liberación de Perú y Bolivia, esta última nombrada así en su honor.
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Visión continental que apoyó la liberación de la colonia de España
Más allá de sus victorias militares, Bolívar fue un pensador con una profunda visión política. En el Congreso de Angostura de 1819, pronunció uno de los discursos más influyentes de su carrera, donde planteó principios como la soberanía popular, la separación de poderes y la libertad individual.
También promovió la integración entre los nuevos estados liberados. Aunque su sueño de una América unida no se concretó del todo, sentó las bases del ideal bolivariano que aún resuena en el imaginario latinoamericano.
En 1822, su encuentro con José de San Martín en Guayaquil fue clave para la coordinación de los esfuerzos libertadores del sur. Aunque sus diferencias fueron notorias, ambos compartían el objetivo de liberar a los pueblos del yugo español.
Tras años de lucha, Bolívar ocupó la presidencia de la Gran Colombia, pero las divisiones internas y los intereses regionales terminaron fragmentando el proyecto. Murió en 1830, lejos del poder y con el anhelo de ver a América unida, aún sin cumplirse.
Hoy, Simón Bolívar es considerado uno de los grandes artífices de la independencia de América del Sur. Su vida, marcada por la determinación, la inteligencia estratégica y una profunda vocación de servicio, transformó para siempre la historia del continente. Ahora, cuando alguien pregunte “¿Quién fue Simón Bolívar?“, ya sabrá qué responder.


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