En una final que pocos imaginaban así, Chelsea dio el golpe del año y aplastó 3-0 al PSG para coronarse campeón del primer Mundial de Clubes con 32 equipos. Lo hizo en New Jersey, con carácter, velocidad y una ejecución táctica perfecta, frente al equipo que llegaba como el gran favorito.
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Desde el primer minuto, el conjunto inglés se plantó sin miedo. En lugar de replegarse ante la potencia parisina, atacó con determinación. A los 25 minutos, Cole Palmer rompió el cero tras un error de Nuno Mendes, y el caos se apoderó del PSG. Tres minutos después, el mismo Palmer repitió la dosis con una joya de gol, dejando sin respuesta a Donnarumma.
A los 36 minutos, Palmer volvió a ser protagonista con una asistencia exquisita para Joao Pedro, quien marcó el tercero. Un mazazo que dejó sin alma al equipo de Luis Enrique, incapaz de descifrar el planteamiento rival.
En el segundo tiempo, PSG intentó con disparos lejanos, cambios ofensivos y el empuje de Dembélé y Vitinha, pero el portero Sánchez se convirtió en muralla. El equipo francés cerró una noche de terror con una expulsión infantil de Joao Neves por una agresión sin balón a Cucurella.
El Chelsea fue justo campeón, anuló al rival con inteligencia y expuso todas sus debilidades. El equipo londinense selló una hazaña pletórica y levantó el Mundial de Clubes en su nuevo formato, siendo el único club en ganar todos los títulos que ha jugado.
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