El futuro de la resucitada reforma laboral es cada vez más incierto. El proyecto de ley que la semana pasada parecía contar con el consenso de todos los sectores políticos ha perdido el apoyo del Pacto Histórico, partido de Gobierno, y del Centro Democrático, principal partido de oposición. Las diferencias radican en los dos puntos neurálgicos de la reforma: si el recargo nocturno aplicará para las micro y pequeñas empresas, y si el sobrepago por el trabajo en días festivos será del 75% o del 100%. En la mañana de este martes comenzará la discusión y la votación en la Comisión Cuarta del Senado. La senadora verde Angélica Lozano, presidenta de esta célula legislativa y una de las defensoras de la renovada reforma, reconoció este lunes en la noche, al radicar la ponencia mayoritaria, que la comisión “está profundamente dividida” y que estos temas importantes se resolverán a “voto limpio”.
Una vez se conoció el texto de la ponencia que lideró Lozano, declarada en independencia frente al Gobierno, el presidente Gustavo Petro la rechazó en su cuenta de X: “Cuando se excluyen los trabajadores de las pequeñas empresas del recargo nocturno, se excluye el 80% de los trabajadores de Colombia de la reforma laboral”, escribió. El mandatario cuestiona que el proyecto deje por fuera de los beneficios a cientos de miles de empleados: “Aquí firman porque los más pobres de los pobres, subsidien a los pobres. Así no se construye riqueza“. El jefe de Estado insiste en que la pequeña empresa sí necesita apoyo, pero no a costa de los trabajadores: ”que se reduzcan sus impuestos, sus costos de energía y que se les abra crédito barato en la banca privada”. Petro argumenta que con los nuevos cambios la reforma queda más cerca a las ideas de la oposición de derecha que a las de su Gobierno, que radicó el proyecto hace más de un año en la Cámara de Representantes.
Por eso, la senadora Aida Avella, la única del Pacto Histórico en la comisión, decidió radicar una ponencia de reforma alternativa. Su texto propone que la jornada nocturna inicie a las 6 pm, no a las 7 pm, como está en la otra ponencia; que el recargo nocturno incluya a las micro y pequeñas empresas; y que se pague el 100% adicional por el trabajo en días festivos. Toda la bancada de Gobierno la acompañó en su radicación del documento. Las centrales obreras y los principales sindicatos del país, que han convocado a un paro nacional este miércoles y jueves en reclamo por los derechos laborales, también se alejaron de la ponencia liderada por Lozano y respaldaron la de Avella.
El ministro del Interior, Armando Benedetti, ha aprovechado la división para insistir en la nueva consulta popular, presentada la semana pasada en el Congreso después de que el Senado hundiera la primera, como camino para revivir las propuestas de reforma original del Ejecutivo. “Luego de radicada la ponencia mayoritaria quedó en evidencia que no hay consenso en dos artículos fundamentales para la clase trabajadora: 1. Recargos nocturnos con excepciones para las microempresas 2. Que el pago del recargo de festivos pase del 75% al 100%. Aquí lo más importante es que sean respetados los derechos de la clase trabajadora. Estos dos puntos son la columna vertebral de nuestra Reforma Laboral y de la Consulta Popular”. Benedetti ha expresado su mayor preocupación: “Lo que no puede pasar es que nos quedemos sin consulta popular y sin reforma laboral, que parece ser lo que quiere el Senado”.
Por su parte, el Centro Democrático también se apartó de la ponencia mayoritaria. Los dos senadores de ese partido que están en la comisión Cuarta decidieron no firmarla y emitieron un comunicado público en el que expresan sus diferencias con la senadora Lozano. “Luego de una semana de intensos debates, orientados exclusivamente al beneficio de los trabajadores y con atención prioritaria a la micro y pequeña empresa, lamentamos informar que la doctora Angélica Lozano, presidenta de la Comisión IV, ha puesto en riesgo los acuerdos construidos en la discusión técnica de la reforma laboral”, escribieron los parlamentarios Carlos Meisel y Enrique Cabrales.
En el documento, insisten en que el uribismo ha cedido en varios puntos, pese a que la reforma busca en esencia recuperar los derechos perdidos por los trabajadores durante el Gobierno de su líder, el expresidente Álvaro Uribe. “A lo largo del proceso, se hicieron concesiones en algunos puntos para lograr un acuerdo en el texto, buscando una propuesta equilibrada que mejorara las condiciones laborales sin generar un incremento del desempleo y/o informalidad del país”. Por eso, le piden a Lozano que la discusión se haga pública. “Con la intención que se cumpla lo acordado durante las sesiones de trabajo. Es la única manera de garantizar lo anterior”.
Sin el apoyo del petrismo ni del uribismo, la reforma pierde la fuerza del consenso, pero aún podría alcanzar las mayorías necesarias en la comisión para avanzar hacia su último debate en la plenaria del Senado. Los votos de los senadores de la U, el Partido Conservador, Cambio Radical y el Partido Liberal serán claves para inclinar la balanza. El proyecto debe aprobarse antes del 20 de junio, en poco menos de un mes, y con las profundas divisiones que hay actualmente parece cada vez más probable que se hunda por falta de tiempo.
